El Baptisterio

"Bautizado por inmersión en la catedral", decía un titular de un periódico francés del año 2001. No obstante, la fotografía que acompañaba el artículo mostraba a un nuevo converso al catolicismo de pie en una gran pila bautismal con el agua hasta las rodillas, mientras un obispo vertía agua sobre su cabeza. Esta escena, que se repite en muchos lugares del mundo, refleja la tendencia que existe en la Iglesia Católica desde el Concilio Vaticano II a bautizar por inmersión parcial a los conversos. Surgen entonces dos preguntas puesto que a la mayoría de los católicos los bautizaron de niños rociándoles unas gotas de agua sobre la cabeza, ¿qué tipo de bautismo corresponde al modelo establecido por Juan El Bautista y los apóstoles de Jesús? ¿Y cómo deberían bautizarse los cristianos en la actualidad? La historia de los baptisterios contribuirá a encontrar las respuestas.

En un principio, el bautismo cristiano se efectuaba mediante la inmersión completa. El relato bíblico del oficial etiope al que bautizó Felipe nos ayuda a confirmarlo. Tras enterarse de cuál era la identidad de Cristo, el oficial vio un lugar donde había agua y preguntó: "¿Qué me impide recibir la inmersión?". Aquí el verbo griego traducido "recibir la inmersión" es ba-ptí-zo (del que se deriva la palabra española "bautizar"), que significa hundir, sumergir, y se refiere a la inmersión completa.
El hecho de que se compare el bautismo a ser enterrado enfatiza esa idea. Es interesante que algunas versiones de la biblia en vez de llamar a Juan "El Bautista", lo llaman "El Sumergidor" o "el Inmersor".

En los primeros siglos del cristianismo se practicaba la inmersión total en cualquier lugar donde hubiera suficiente agua: ríos, mar o cualquier baño. No obstante, a medida que aumentaba el número de conversos, se construyeron baptisterios en muchos puntos del Imperio Romano; desde Dalmacia a Palestina y desde Grecia hasta Egipto. Uno de los más antiguos que se han descubierto hasta ahora se halla en Siria, a orillas del río Eufrates, y data aproximadamente del año 230 de nuestra era.

Cuando la fe cristiana se convirtió en religión oficial del Imperio Romano en el siglo IV, millones de personas se hicieron "cristianas" y hubo que bautizarlas. Para ello se construyeron baptisterios por todas partes. Llegando el siglo VI, tan solo en Roma se habían construido unos veinticinco, entre ellos el de la basílica de San Juan de Letrán. Es probable que en la Galia cada diócesis tuviera su propio baptisterio, y según cierta fuente llegaron a contarse unos ciento cincuenta. Posiblemente se edificaron centenares más en las zonas rurales, localizados cerca de pequeñas iglesias, tumbas o monasterios.

Por lo general, los baptisterios eran de planta redonda o poligonal, y se construían o como edificio especial aparte o dentro de una iglesia. Las excavaciones arqueológicas muestran que sus dimensiones eran reducidas, pero estaban hermosamente adornados con columnatas, mármoles, mosaicos y frescos que a veces representaban escenas bíblicas. Algunos baptisterios, como el de Mariana (Córcega), contaban incluso con un elegante baldaquino, o dosel, sobre la pila bautismal. También se llamaba baptisterio a la pila, que podía ser cuadrada, redonda, hexagonal, rectangular, cruciforme u octagonal.
Por su anchura y profundidad, es evidente que los primeros baptisterios estaban destinados al bautismo de adultos, pues solían tener suficiente espacio para dos personas. Por ejemplo, en la ciudad de Lyon, situada en la región centro oriental de Francia, había una pila bautismal que medía 3,25 metros (10 pies) de anchura. Muchas pilas tenían escalones -normalmente siete- que conducían hasta el agua.

Por supuesto, el suministro de agua era una preocupación fundamental para los constructores. Muchos baptisterios, como el de Niza, al sur de Francia, se edificaron cerca de algún manantial o sobre las ruinas de antiguos baños termales. A menudo, el agua se conducía hasta las pilas y se sacaba de ellas mediante tuberías.
En otros casos, la gente acarreaba agua de lluvia desde alguna cisterna cercana.

El baptisterio de San Juan de Poitiers, situado al oeste de Francia y construido alrededor del año 350, es un buen ejemplo de un baptisterio cristiano del siglo IV. En el interior de una habitación rectangular, rodeada de varios anexos, había una gran pila octagonal con tres escalones, de 1,41 metros de profundidad y una anchura máxima de 2,15 metros. Estaba conectado a un acueducto que llevaba a la ciudad desde un manantial cercano.

¿Se practicaba el bautismo por inmersión total en estos baptisterios? Algunos historiadores católicos aseguran que no era así y que desde los inicios de la Iglesia Católica ya se contemplaba la posibilidad de recurrir al bautismo parcial por aspersión (que se efectuaba rociando agua sobre la cabeza). También señalan que muchas pilas bautismales no tenían más de 1 metro de profundidad, así que no eran lo suficientemente profundas para sumergir a un adulto.
Una enciclopedia católica dice que en Poitiers "el oficiante podía pisar en el tercer escalón sin mojarse los pies".

No obstante, incluso en representaciones artísticas tardías del bautismo se presenta la inmersión total como la norma, y se ve al candidato con el agua hasta el pecho o incluso hasta el cuello antes del bautismo. ¿Era posible la inmersión total aunque el nivel del agua solo llegara a la cintura de un adulto de mediana estatura? Una obra de consulta sugiere que el sistema de drenaje se podía detener temporalmente hasta que se hubiera sumergido al candidato que estaba arrodillado o en cuclillas. Pierre Jounel, profesor de Liturgia Católica en París, explica que el candidato "se mantenía en pie con el agua hasta la cintura. El sacerdote o el diácono le ponía una mano en la cabeza y lo hacía agacharse en el agua para que quedara totalmente sumergido".

A la larga, la sencilla ceremonia bautismal de tiempos apostólicos fue convirtiéndose en un ritual complicado, con vestiduras especiales y gestos simbólicos, bendición del agua, oración de exorcismo, recitación del credo y ungimiento. La inmersión parcial siguió propagándose. Las pilas de los baptisterios se redujeron de tamaño, y algunas se modificaron hasta quedar en la motad o menos de su anchura y profundidad originales. Por ejemplo, en Cazères al sur de Francia, la pila original tenía 1,13 metros de profundidad, pero al llegar al siglo VI había quedado reducida a 0,48 metros. Posteriormente, más o menos en el siglo XII, la inmersión parcial desapareció del catolicismo romano y fue sustituida por la aspersión. Según el académico Pierre Chaunu, esto se debió a "la generalización del bautismo de niños en países de clima riguroso, ya que no era posible sumergir a un recién nacido en agua fría".

Todo ello condujo a que se construyeran lugares de bautismo aún más reducidos. En su libro sobre la historia del bautismo, el estudioso Frédéric Buhler afirma: "La arqueología, los documentos escritos y las artes visuales muestran que, por lo general, el bautismo pasó de la inmersión total de los adultos durante los primeros siglos de la era cristiana al rociado de infantes, con etapas intermedias de inmersión parcial de adultos e inmersión total de niños".

En la actualidad, la práctica de la inmersión parcial de adultos parece estar ganando popularidad, y los baptisterios modernos son más grandes que antes. Además, en armonía, con lo que Buhler ha denominado la nostalgia de la inmersión, la liturgia católica moderna recomienda más que nunca el bautismo por inmersión total. Resulta interesante que la Biblia siempre ha indicado que la inmersión total es el método apropiado para el bautismo cristiano.

1 para llorar:

Anónimo dijo...
on

si no solamente los lideres catolicos cambiaron la edad y forma de bautizar, pero tambien cambiaron la formula bautizmal, de en el nombre de Jesucristo Hechos 2:38, a, en el nombre del padre y del hijo y del espiritu santo,en ninguan partre de el nuevo testamento despues de la acencion de nuestro Senor encontramos un bautismo en otro nombre que no sea en el NOmbre de Jesucristo. Felisidades muy buen documental.