MI CERTIFICADO MÉDICO DE ESTUDIANTE

Mi nivel académico asciende, y con ello, nuevos e innecesarios requisitos se interponen en mi camino para poder completar mi búsqueda por una carrera exitosa.
Entre los requisitos, me encuentro conque debo obtener un certificado médico de estudiante, y para obtenerlo, necesitaba ir a pedirlo al CESSA No. 4 "Maximiliano Dorantes".
Bien, pensarán que esto es bueno, que se preocupan por la salud de los estudiantes y regular todo el control sanitario del estado. Pero no es así.

Con refunfuños y molestia me ven ahí levantado a las 6:30 am (pero que son mis vacaciones y eso me es temprano) vistiéndome, para ir a la prueba médica que me espera. La señora que trabaja en mi casa dice que generalmente se repleta desde las 5:00 am con eternas filas de gente reunida en un mismo lugar. Me da miedo, pero igual creo, exagera.
De cualquier manera ya iba encaminándome, aceptando mi inevitable prueba, asegurándome de no comer nada para ir en ayunas, arreglado y preparado para cualquier babosada que se les ocurra.

Ya estoy sobre la calle, sólo falta estacionar e ir a pedir mi turno.
Afuera veo gente. No es mucha.
Llego a Plaza Cristal, totalmente desierto el estacionamiento. Con la frente en alto me bajo de mi carro. El centro de salud está a unos 100m y veo que el monto de gente ha aumentado de manera ligera. No me preocupa, con ellos la espera sería mínima.
Mi andar refleja seguridad. Sólo quiero llegar, obtener y retirarme lo más rápido que se pueda.

Entro en el establecimiento. Hay varias filas y todo me parece confusión y escasez. ¿Qué hago?
Veo cuatro filas de personas esperando. Una vacía, una corta y dos de enorme longitud.
Pregunto a un guardia, que para mi alivio me indica que debo ingresar a la vacía, que apenas tiene una o dos personas formadas.

"Buenos días. Vengo por mi certificado médico de estudiante" son las palabras que pronuncio al llegar a la ventanilla. Doy mi nombre y edad. La muchacha tiene cara de pocos amigos aunque es atenta. Rapidamente el proceso finaliza, me entrega mi ficha, y de nuevo me indica que debo formarme en la fila corta, lo cual hago.
Ya todo me parece ligero. Está bien. Una corta espera más, me hacen las pruebas y me retiro en paz. Pero no.
La fila tiene dos factores comunes en este tipo de lugares. Homosexuales y estudiantes del gobierno. Espera. Yo soy de colegio privado. ¿Qué hago aquí? Ah si, pactos comerciales entre el gobierno y el colegio. Está bien.
Observo un papel hecho con Paint que dice que el precio por mi certificado de estudiante cuesta $40 pesos. Entre mis bolsillos busco el billete de $50 que llevaba suelto.

Es mi turno. El tendero papelea un poco antes de atenderme. No sé si espera a que yo haga algo, pero serenamente aguardo.
Me pide mi ficha, me pide el dinero y me devuelve el cambio en dos monedas de $5. Por último dice que regrese con la ficha a las 11:00 am. Sin mas, asiento y me retiro. Fue sencillo, rápido y es un día perfecto. Aunque eso de volver al centro de salud me tiene desconfiado.

Llegan las 11:00 am. Espero las pruebas, espero lo peor.
Con mi ficha me dirijo de nuevo al CESSA. El estacionamiento de Plaza Cristal ahora está repleto a reventar y es difícil encontrar un lugar, aunque después de 5 minutos encuentro un lugar disponible.
Entro al centro, y al tiempo recuerdo que olvidé la ficha en el carro. Tengo que regresar rápido. O lento. Ya el centro está casi vacío, y los funcionarios no están muy ocupados, pero no por eso tengo que ir lento. De cualquier manera recorro los 250m (con el estacionamiento repleto, el carro quedó más lejos) hasta mi carro y regreso con la ficha en las manos.

Afuera del centro están dando publicidad para préstamos de dinero. Esos que hoy te dan $5'000 y mañana tienes que pagarles $25'000. Una gran estafa, pero aún así gran clientela.
Dejo de desvariar por mi molestia social por los préstamos y me concentro en mi objetivo primario. Llego a la solitaria ventanilla y explico que regresaba por mi certificado y ya estaba preparado. Otra muchacha rectifica mi nombre. "¿García... Camacho?" me cuestiona. Ése es mi nombre y me entregan el certificado médico.

Doy unos cuantos pasos para alejarme y el silencio me inunda.
Como dirían mis amigos del blog "¡ésto es una gran WTF!".
¿Me dieron mi certificado médico sin siquiera haber visto a un médico? ¿será que mientras estaba formado en la fila me hicieron pruebas con métodos ilegales? ¿algo me faltó? ¿se distrajeron? ¿esto es más moderno o más ilegal?
Un escalofrío me recorre el cuerpo ¿así hacen todas las "pruebas médicas"? con razón hay tantos problemas de enfermedades venéreas y demás.

Me retiro y llego a mi casa. Feliz y perturbado me encuentro. Feliz por no haber hecho nada. Ni un piquete, ni una revisión, ni una larga espera. Nada. Rápido y efectivo fue. Bueno, para mí, que sé que gozo de excelente salud. Aparte es un hermoso día que está comenzando y podré aprovechar bien.
Perturbado, por las cuestiones anteriores, toda una clandestinidad legal, aunque en realidad no me interesa tanto. Yo creo que está claro que el certificado fue una excusa para sacarme $40 del bolsillo. Y como a mí, a otros 180 estudiantes de mi colegio. Y ni se diga de todo el estado completo.
¿Compló'? No quiero empezar con teorías conspiranoicas que me caen mal, pero esta gesta por mi certificado me sorprendió por la babosada en la que resultó.

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