DAVID, EL GNOMO: CAPÍTULO 1

No sé ustedes, pero en algún momento de mi infancia pude ver algunos capítulos de una serie española llamada "David, El Gnomo" de hace unos veinte, veinticinco años.
Nunca me fijé demasiado en la serie por la inconsciencia de mi corta edad, pero recuerdo verla por las mañanas y apreciar a aquel bondadoso gnomo feliz que vivía en el bosque y todo lo demás. Sin mas, la serie fue olvidada (por lo menos por mí) y ahora encuentro esta curiosa crítica-reseña cómica del primer episodio de la serie.
En verdad os digo, ésta es la primera vez que me río a carcajadas de una crítica del estilo. Digo, hay veces en que me causa gracia pero me río interiormente. Al leer cada párrafo, no he podido contener las elocuentes risas que en mí fluyeron. En verdad, vale la pena leerla a fondo.

Y aquí empieza:

El mundo en que vive el hombre está lleno de cosas bellas, de maravillas naturales y también de… algunos secretos. El más bien guardado hasta hoy ha sido el secreto de nuestra existencia, la vida de los gnomos. Aunque seguimos caminos distintos, los gnomos compartimos la tierra con vosotros…”

Un comienzo prometedor, ¿no creen? Belleza, naturaleza y misterio. Los gnomos, esos grandes (o mejor dicho pequeños) desconocidos. Pero no se queden con esto, el discurso sigue…

La verdad es que la mayor parte de lo que hacéis no logramos entenderlo”.

Que yo pienso, bueno, tú tendrás tus cosas y yo tendré las mías… Ya sabes, son culturas distintas, vosotros vivís en árboles, sois mucho más pequeños, en fin, es normal que tengamos nuestras diferencias… Digo yo que podremos vivir juntos, ¿no? Respetándonos los unos a los otros y esas cosas que suelen decirse. Pero es que el señor que habla sin dar la cara no se queda ahí, no, él continúa (y no tiene desperdicio). Pongo entre corchetes las imágenes que aparecen, para que se hagan una idea…

Os gusta estar apretados [multitudes agobiantes], inventar máquinas para moveros y luego estar la mayor parte del tiempo quietos [atascos], os dedicáis a prohibir y prohibir y prohibir [señales de tráfico], no cesáis de producir basura para adornar la naturaleza con lo bien que está como está [pues eso, basura en la naturaleza xD]. Os encanta hacer humo, mucho humo, ¡humo!, y también vivir juntos, muy juntos. ¿Qué os pasa? ¿Es que tenéis miedo?”

Que yo aquí ya digo: Mira, si me vas a venir atacando mejor te quedas en tu árbol, ¿sabes? Leñe, con el gnomo, que viene buscando guerra, el mamoncete; pero claro, tú no le puedes llevar la contraria, que como se cabree estás muerto, con eso de que es siete veces más fuerte que tú…

Pero sobre todo os gusta… ¡destruir! ¡Destruir! ¡Destruir!”

¡Venga imágenes de explosiones a cascoporro! ¡Echemos abajo los edificios! Y luego dirán las madres que sus hijos son unos cafres, que en el momento en que terminaron la colección “Construye tu casita de muñecas” vinieron ellos y con cuatro patadas la hicieron trizas. Pues mire, señora, eso es así porque su hijo ha empezado a ver David, el Gnomo… No, no, no… Pero, ¿qué dice de valores? ¡Señora! ¡Que esa serie está llena de violencia! ¡Que en el primer minuto ya sale la bomba atómica! En fin… creo que estoy exagerando. Sigamos.

Ahora, como quien no quiere la cosa, ponen unos dibujitos de aves volando felices, un bosque hermoso, con una musiquilla tranquilizadora de fondo… Claro, como ellos lo cuidan y nosotros no… Pues ellos tienen músicas relajantes y nosotros a un tío chillando: “¡Destruir, destruir, destruir!” Pero démosle otra oportunidad a los gnomos, hombre, que seguro que son buena gente…

Érase una vez… Así empiezan los cuentos. Bueno, lo siento, hoy no podemos empezar así porque esto no es un cuento, es nada más y nada menos que el relato de la vida de los gnomos”.

Algún día vuestra historia comenzará con un “Érase una vez…”, esperad a que encuentre a otros seis humanos más.

Y tras enterarnos de que todos los animales sin excepción sabían de su existencia, ahí como dando a entender que nosotros somos los únicos pánfilos que no nos enteramos de nada, ¿sabes?; después de estar un rato viendo como un conejo blanco da saltitos por el bosque; después de esas “cosas bellas” y esas “maravillas naturales” nos acercamos al misterio… A la casa de David, sí, esa en cuya entrada hay una farola encendida gracias a la energía que se genera no sé sabe cómo. Aunque bueno, eso no es nada al descubrir que allí dentro las puertas se abren solas. Pero eso no nos importa, no. Transcribiré el diálogo entre David y su mujer:

-Tenemos una visita.
-¡Uuuum! Los recibiré aquí… en el baño.

En… el… ¿baño? ¿En el baño? Pero vamos a ver, ¿así se recibe a los invitados? No vais a ser vosotros los únicos que no entiendan las costumbres de otros, eh… Pero bueno… Yo no digo nada. Juzguen ustedes si es normal que la primera imagen que tenga del anfitrión sea esta:

Y encima dice: “…porque debéis de ser muy amigos de los gnomos, de lo contrario no estaríais aquí”. ¡Que somos humanos! ¡El único ser viviente que desconoce vuestra existencia! ¿Cómo vamos a ser amigos de quien no conocemos? Y sigue: “Los gnomos conocemos muy bien al género humano…” ¬¬ “…si miramos dentro de vuestros corazones vemos con pena que nos tenéis celos”. ¬¬. Venga, que sí, que sí… “¿Por qué? ¿Es porque vivimos en estas casas tan acogedoras y seguras y tranquilas debajo de los árboles o… porque no tenemos problemas de dinero y no conocemos lo que son las guerras?” ¡Zas! ¡En toda la boca! Desde luego, en otra cosa no, pero en lanzar indirectas son expertos…

Sigue con balazos, con imágenes de roedores que son más grandes que ellos y que incluso se sientan a comer en su mesa, más balazos aún y la conclusión final: “Esos celos se deben a que estáis convirtiendo este maravilloso mundo en un desastre y nosotros no”. ¡Toma ya! ¡Así se empieza una “amistad”! ¡Culpándonos de todo! Que vale que sea verdad, pero eñes, espera a tener confianza para echar las cosas en cara, ¿no? “Pero no os desesperéis, aún estáis a tiempo, los gnomos os echaremos una mano y con nuestra ayuda podréis evitar el desastre total”. ¿Vuestra ayuda? ¿VUESTRA AYUDA? ¡Yo no necesito ayuda de ninguna especie que para parecer más alta lleve un capirucho de su mismo tamaño sobre su cabeza! Pero da igual, da igual, ellos no esperan respuesta, ellos directamente dan por hecho que sin su ayuda no somos nada, que nos van a enseñar a amar la naturaleza, y bla, bla, bla, bla… Y que antes tenemos que conocer cómo son los gnomos. Pues nada, 3, 2, 1… A la aventura del saber.

Tipos de gnomos:

  • Gnomo del bosque: el más común.

  • Gnomo de las dunas.

  • Gnomo de jardín.

  • Gnomo de las granjas.

  • Gnomo de la casa.

  • Gnomo siberiano.

Peso:

  • Hombre adulto: 300 gramos aproximadamente.

  • Mujer adulta: 250-275 gramos.

Altura:

  • 15 centímetros (sin contar con “su inseparable gorro”, como el propio David dice).

Ahora nos habla de su familia, de su mujer Lisa, que tiene 299 años (ni más ni menos), pero que se conserva muy bien. Pero bueno, los datos no son tan importantes como las imágenes. Vean, vean:

Muestras de cariño.

Con 120 años, de joven.

Y nos explica que las gnomas no tienen más descendencia que un par de gemelos, que bien pueden ser dos niños, dos niñas o niño y niña.

Y ahora es cuando llega el artista, el verdadero héroe de la serie, el inigualable, el magnífico, el zorro Swift. Lo amo ^^. El que les lleva a todas partes del mundo. Aparte de esto, conviven con dos ratones y un grillo (llamado Cri-cri, muy original), al que tienen encerrado en una jaula. ¡Encerrado! ¡Y después somos nosotros los que nos cargamos el planeta!

Tras refregarnos que tienen una casa al lado del mar y otra en la montaña (claro, como no tienen problemas de dinero, así les van las cosas…), que viajan mucho porque él es médico, farda de poseer poderes mágicos y de comunicarse telepáticamente con los reyes gnomos. En fin… Un chollo eso de ser gnomo.

Y ya pasamos a la acción. David va a curar a un cabra herida. Carrerita de Swift por el bosque con una música de fondo que, sinceramente, me encanta, y que quizás se convierta en la mejor parte de la serie. Llega a la granja, hipnotiza a la cabra, se quita la ropa para ponerse cómodo y realiza su trabajo con éxito. Así de fácil. Y justo después recibe otro mensaje telepático de estos molones: “Un tejón había salido en busca de alimentos, se había clavado la punta de una rama y una astilla había quedado incrustada en el ojo izquierdo, causándole una gran herida en la córnea”. Y allá que se fue otra vez con Swift y su musiquilla. Anestesió al tejón haciéndole la acupuntura (el hombre este, que sabía hacer de todo, claro, con 300 años uno tiene tiempo de aprender muchas cosas), le operó y todo terminó bien, con frase ñoña incluida:

Gnomos amigos del tejón: David, quiero hacerte un regalo por curar a nuestro amigo.
David: ¡No! ¿Qué dices? No hay mejor regalo que vuestra amistad.

Nos cuenta que sus medios de transporte son los faisanes, las nutrias, las liebres, los gansos y los lobos, pero que los viajes no siempre resultan fáciles porque suelen estar por ahí los trolls dando por saco, pero como son tan torpes, siempre escapan de ellos.

El episodio termina contando que los gnomos, antes de irse a dormir, leen un capítulo del libro secreto y dicen la única palabra de su idioma que los humanos estamos autorizados a pronunciar: “Slit baizt”, que significa “Buenas noches”.

Pues bien, yo no tengo más que decir.


Extraído de Sin Comentarios

1 para llorar:

Irene Chaparro dijo...
on

Me alegro de que te divirtiera :D