Klaus Barbie no es precisamente una muñeca. Menos un símbolo del género femenino.
Pero podemos decir que fue conocido como "El Carnicero de Lyon". Miembro de la Gestapo y general alemán, ahora podremos conocer al padre dedicado, el hombre idealista, conocedor de vinos y tres veces campeón de baile de salón...
¡Claro que no! Pero se me ha quedado en la mente esa frase neo-nazista de la película "El Mundo Está Loco, Loco" donde una familia entra al museo de Barbie a petición de la niña. Qué niña rosa no querría ver el museo de un símbolo de culto femenino.
Y cuando entran la sorpresa que tienen al ver que en verdad no es de la actual Barbie, sino de Klaus Barbie, el sádico nazi que cometió crímenes contra la humanidad.
Ahora hablaremos del verdadero hombre que fue.
Nacido en una familia cristiana en 1913 de clase media, Klaus tenía planes implantados por sus padres de convertirse en un académico de Berlín o teólogo de la religión a la que pertenecía.
Asistía a la escuela y era un buen estudiante, pero en su hogar tenía problemas.
Su padre se volvió un bebedor empedernido después que Alemania perdió la Primera Guerra Mundial y él perdiera parte de sus ganancias. Para cuando tenía 20 años, en 1933, su padre y hermano murieron, por desmedido consumo de alcohol, lo cual destrozó sus planes y rápidamente buscó una solución a sus problemas, uniéndose al Servicio Laboral del Reich, servicio implementado por el Reich para combatir el desempleo y a las Juventudes de Hitler, una organización paramilitar.
Demostrando una gran colaboración con el partido Nazi, Barbie fue transferido al Servicio de Seguridad, una agencia especializada de la SS. Aquí se cultivó con las ideas Arias del partido socialista de Hitler y viajó por Europa, estableciéndolo en Holanda.
Para 1937 ya era miembro del Partido Nacionalsocialista, Nazi, acercándose al Führer, quien le redituó poderes en la Gestapo.
Cuando la guerra inició, fue enviado a Francia, país clave de los aliados que cayó pronto en 1940, pero él no ingresó al país sino hasta 1942.
Entró a Lyon triunfante, como general local de la Gestapo. Aquí comienza a ganar fama con el alias que ya mencioné "El Carnicero de Lyon", renombrado por sus crímenes brutales y miles de matanzas organizadas por él mismo.
Arrestó, torturó y mató personalmente a más de 4'000 personas, entre los cuales está Jean Moulin, cabeza de la Resistencia Francesa y la famosa deportación de huérfanos a Auschwitz en 1944. También René Hardy, otro jefe de la Resistencia fue arrestado, pero sobrevivió a la brutalidad nazista.
En 1944, teniendo en mente el gran avance de los Aliados, quemó todos los archivos de la Gestapo en Francia, así como mató a cientos de personas que lo conocían y eliminó a más de 20 agentes personales.
A diferencia de muchos generales nazis, el no se suicidó al término de la guerra.
Se hizo pasar por un ciudadano francés sin mucho éxito, pero conocido por su pasado en fuerzas de inteligencia, se unió a la Corporación de Contra Inteligencia de la Armada estadounidense. Para 1951 se alió con el movimiento Ustashi, organización terrorista de bases fascistas croatas.
Hasta ese año, se liberó de la organización norteamericana y se estableció en Bolivia como Klaus Hansen Altmann, mecánico de oficio. Ahí se involucró con negocios del narcotráfico, "Los novios de la muerte" y con Luis Meza Tejada que organizó "El golpe de la cocaína".
También dirigió una compañía de entretenimiento, entre otros.
En 1971, después de docenas de investigaciones, fue identificado por cazadores nazis para ser extraditado hasta 1983 Francia, el lugar donde cometió sus fatalidades y es muy conocido.
En 1972 declaró que estaba en una "cámara de muerte" porque su hijo Klaus había muerto en una accidente automovilístico y su mujer de cáncer.
Para cuando sucedió la extradición, fue apoyado por izquierdistas como Jacques Vergès, su abogado, quien protegió a Klaus , argumentando que sus acciones no eran peores que las de muchos conquistadores europeos.
En mayo de 1987 finalmente empezó su enjuiciamiento, que acabó en julio del mismo condenándolo a cadena perpetua, pero murió de leucemia con 77 años encima, al 25 de septiembre de 1991.
Barbie no es una muñeca
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