El tiroteo de North Hollywood

44 minutos de intensa tensión se vivieron durante uno de los mayores atracos de California
Dos asaltantes altamente armados hasta los dientes entraron al Bank Of America para robar las bóvedas y tomar rehenes. Con una fuerte y sangrienta lucha, los criminales casi cumplen su fatal objetivo, pero la intervención policiaca opuso gran resistencia y evitó que se causaran daños graves.


Un 28 de febrero de 1997 empezó como otro día común y corriente, típico de la vida cotidiana, pero los residentes de North Hollywood estaban a punto de presenciar un nérvico tiroteo.

Aproximadamente a las 9 de la mañana, Emil Matasareanu y Larry Phillips observaban con atención su próximo blanco para cometer una fechoría. Habian planeado todo durante meses, sino es que años y más tiempo.
Con un arsenal digno de un ejército, a las 9:17 am iniciaron la sangrienta jornada que les esperaba.

Nada más entraron al banco esparciendo el terror.
Pasamontaña, armadura blindada y una AK-47 fueron su carta de presentación.
Sin saber que hacer los raquiticamente armados guardias de seguridad rapidamente fueron paralizados y desarmados para formar parte de la asustada muchedumbre.
Una actitud totalmente perversa poseyó a los asaltantes qué sin piedad pero con inteligencia sometieron a las personas que se encontraban en el local y se llevaron poco más de 300,000 dólares dado que el dinero esperado llegaría unas horas más tarde.

Con cautela y confiando en la mala fama de la policía de Los Angeles, a las 9:38 am hicieron un intento fallido de escapar por la parte trasera. Los policías que no se atrevían a entrar por miedo a una masacre, tenian totalmente rodeado al edificio.
Vista la situación, se atrincheraron con rehenes, dinero y miles de municiones.

A primera vista, desde el punto de los judiciales, la situación estaba, a priori, controlada. Lo que no esperaban era el impresionante poder de fuego con el que contaban.
Muy seguros, bajo efectos de drogas, los sicarios caminaron unos cuantos pasos fuera de su "fuerte" y desenfundando las armas grandes, el histórico tiroteo vio su nacimiento.
Los oficiales quedaron perplejos al ver como los constantes y certeros disparos que realizaban en contra de Phillips y Matasareanu no los derribaban ni mostraban signos de estar heridos.
En ese momento se dieron cuenta de algo muy importante; las 9 mm no eran rival para las semi-automáticas AK-47.

El equipo SWAT, como en raras ocasiones, acudió tarde al urgente llamado debido al lento tráfico de las carreteras. Inmediatamente llegaron a las 9:56 am, irrumpieron en el desolado local que yacía lleno de personas inocentes, pero ninguno buscado por la ley, por las siguientes razones.
Si bien los oficiales los retuvieron un rato, no fue suficiente y engallotó la idea para que ambos hombres se decidieran por huir violentamente. A las 9:46 am arrancaron en una desconocida camioneta a la que sólo Matasareanu subió, mientras Phillips disparaba por detrás.
Para este tiempo el tiroteo pasaba a ser una lenta persecución en los suburbios, dónde los disparos que se intercambiaban daban a las casas de los civiles.

Consciente pero desesperado de su pronta caida, Phillips se separó de la camioneta que lo cubría. Aún así los oficiales no conseguían dar al clavo por el imperativo rifle para elefantes de Phillips. Esto hasta que un veterano oficial por fin lo hirió de muerte al tiempo que el criminal recargaba, dando fin a su vida y asegurando que pondrían toda atención al rodeado compañero del muerto.

No fue sino hasta las 9:54 que las fuerzas judiciales imprimieron aseveración, después de hacer unas pequeñas compras de Colts AR-15, lo que auguraba una pronta victoria.

En el lapso que los miembros de SWAT ayudaban en el banco, Matasareanu ya se encontraba a unas cuadras del lugar cambiando de camioneta con la de una persona que manejaba en la misma calle. El conductor logicamente huyó despavorido con las llaves, hecho del que Emil no se percató.
Segundos después de una rápida transferencia de cargamento entre vehículos y al darse cuenta de la falta de las llaves, corrió a esconderse en un camión. El transporte no le ofreció ninguna protección, porque un miembro de SWAT le disparó a las espinillas haciendo que este criminal sucumbiese sobre sus piernas y la subsecuente rendición.
Minutos después, murió.

A partir de este momento se debaten dos miradas críticas al suceso.

1. La oportuna intromisión de fuerzas armadas hizo posible que no ocurriera ningún deceso, aunque si hubieron 17 heridos. El bajo nombre de la policía de Los Angeles se elevó entre los estadounidenses y su esfuerzo es muy reconocido. El mismo Bill Clinton otorgó una medalla de valor a cada uno de los oficiales que sacrificaron sus vidas

2. Las armas de la policía claramente eran deplorables, tanto así que no atravesaban las armaduras, cuando las armas de Larry y Emil perforaban muros. Por igual, la protección era insuficiente, causando numerosos heridos.
La muerte de Matasareanu se debió a un alto desangrado. Si las ambulancias hubieran actuado eficazmente, no hubiera muerto.
También, los dos ya figuraban en las listas de buscados por anteriores y fuerte actos de bandidaje.


Los hechos marcaron a California, y no es para menos. Una acción heroica donde ni los criminales cumplieron su meta, ni muertes de inocentes se sucedieron.

Actualmente se ha mitificado el hecho, pero el joven acontecimiento nos marca la verdad. Y en la verdad, el bien aplastó al mal.
En 2003, FX realizó una película sobre el tiroteo titulada "44 Minutos". Se enfoca más que nada a recorrer un pequeño pasaje de unos cuantos personajes cruciales, tales como el agente que hirió a Phillips. No critica, sino alaba cada acción tomada.

Es de reconocerse, algo que ya se ha visto en paises como México, pero hace falta que se repita muchas veces más.

Por la patria, por la seguridad, por la justicia.

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